Dicen que la vida es eso que te pasa mientras tú haces otros planes, y eso es exactamente lo que sucedió en el caso de Yaiza y David. Cuando ellos ya tenían otra pareja, otras perspectivas, otra vida, el destino tenía otros planes. Y el destino, que es así de testarudo, trató de hacérselo ver primero en una fiesta, y después, cruzando sus caminos una y otra vez después de aquellas primeras miradas.

Pero si el destino es testarudo, Yaiza y David lo son mucho más. Y nada, que no se daban por aludidos. Hasta que el destino, harto ya, decidió darles con la puerta en la cara. Literalmente.


Un 9 de abril, en el que David estaba disfrutando junto a su amigo Pablo en un apartamento del sur, alguien llamó a la puerta. Era Rober, otro amigo (¿qué hubiese sido de esta historia sin los amigos?), pero, para sorpresa de David, no llegaba solo. Venía acompañado de la mujer de su vida. Pero no adelantemos acontecimientos.

Del otro lado del umbral, como ya se pueden imaginar, se encontraba Yaiza. Ella jugaba con ventaja, porque ya sabía que él estaría allí, y aunque no lo confiese ni bajo tortura, entró a matar. Aquel mismo día los dos se dieron de bruces con una realidad que ya no podían negar más. Había algo ahí, en el fondo, esperando para estallar hasta convertirse en algo grande, algo importante. Y estalló.

Pero las cosas no fueron tan fáciles después de ese momento (ellos mismos reconocen que, en su historia, todo ha ido siempre al revés, primero el tejado, y luego ya se verá): las circunstancias de ambos en ese momento no eran favorables, pero si algo caracteriza a Yaiza y a David es su tesón y su capacidad para remar en la misma dirección aun con el viento y el mar en contra: cada vez que uno de los dos se cansaba, el otro remaba con más fuerza. Siempre hacia delante, siempre juntos, siempre seguros de que esa era la historia que los dos querían vivir, que tanto habían deseado.

Para cuando llegó el mes de noviembre, ya vivían juntos. Y la convivencia les demostró lo que ya sabían: que están hechos el uno para el otro, capaces de sobrevivir bajo el mismo techo sin que el mundo se venga abajo e, incluso, ser tan felices como para plantearse aumentar la familia, a pesar de que Yaiza estaba convencida de que no sería posible. Pero el destino, una vez más (otra vez más) tenía unos planes muy diferentes, y no perdió la ocasión propicia: en cuanto tuvo oportunidad, les envió a Gabriela para unirlos más aún. Y así, esa familia que ya formaban al lado de Sara, tuvo una patita más.

No obstante, las cosas tampoco fueron fáciles después de eso. Los dos trabajaban muchísimo, la relación se resintió, y las discusiones, que en Yaiza y David son marca de la casa, se volvieron aún más frecuentes. Hasta que, poco a poco todo fue estabilizándose. La montaña rusa en la que llevaban dando vueltas desde que todo comenzó, aminoró por fin la velocidad y llegó la armonía que tanto habían perseguido, por la que siempre estuvieron dispuestos a luchar sin rendirse. La casa ya tenía tejado, chimenea, vigas, cimientos y hasta puertas y ventanas. Había llegado el momento de ir un paso más lejos.

David, que se mueve por impulsos, decidió que se casarían. Así, unilateralmente, en la boda de unos amigos (supongo que ya han oído alguna vez eso de que de una boda sale otra, ¿verdad?), él dejó constancia en un vídeo de que quería casarse con Yaiza. Y ella lo desafió a cumplir su palabra

 

One thought on “Yaiza ♥ David

  1. Ohhhhhh preciosas fotos y momentos que siempre estarán en mi mente y en mi corazón,Gracias a ti Goretty 😍no tengo palabras para agradecerte lo bien que hiciste tu trabajo y lo bien que hiciste sentir a toda mi familia y amigos,eternamente agradecida

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