Mi estilo es el documentalismo de bodas, quiero contar la historia de vuestra boda. Siempre intento pasar de la forma más desapercibida posible para facilitar que las personas a las que fotografío se abran completamente a la cámara. Evito los incómodos posados clásicos, capturando con naturalidad las emociones de este gran día. Cuando vives la fotografía desde el corazón, hacer fotos de boda es un privilegio, es hablar de emociones y sentimientos, y esto es mucho más que un simple disparo de la cámara.
Las fotos de preboda son muy importantes, ideales para crear un clima distendido y de complicidad entre nosotros, más que un reportaje fotográfico es una experiencia. Se trata de una sesión fotográfica previa que me permite conocer a los novios antes de la boda, hablar con ustedes, conocer vuestra historia y, sobre todo, escuchar lo que la pareja quiere para el gran día. Además, como también os permite a vosotros conocerme a mí, todo es más fácil el día de la boda. La preboda es donde empieza el reportaje de boda.
El día de la boda comienzo con los preparativos de los novios donde se maquillan, peinan, y visten.
A continuación, la ceremonia civil o religiosa. Entre la ceremonia y el banquete me gusta hacer algunas fotos, no muchas para que no quitaros mucho tiempo y que podáis disfrutar al máximo de vuestro día, pero sí para que tengáis un buen recuerdo. Al comienzo del banquete haré fotos de vuestra llegada, pero durante él, os dejaré “tranquilos” con vuestros familiares y amigos, retomando las fotos antes del corte de tarta. Por último viene el baile/fiesta, donde termino el reportaje cuando tenga la cantidad de fotos que cuente toda la historia de este día.
Unos días después de vuestra boda os enviaré un pequeño adelanto del reportaje, sin embargo, no es hasta 3-4 semanas después de la boda cuando entrego la totalidad de las fotos, una media de 800 fotos (dependiendo del tipo de celebración), todas ellas editadas, a alta resolución, sin marcas de agua.
El día de la boda pasa muy rápido. Éste es el sentido de las fotos de postboda. Es la mejor opción cuando no se tiene demasiado tiempo entre la ceremonia y el banquete el día de la boda. Son sesiones en las que no hay prisa, ni nervios ni vergüenza. Son fotos más artísticas.