Los que me conocen saben que soy urbanita a tope, por eso adoro Madrid y su bullicio.

Me gusta Madrid por la gente y por la vida de sus calles, por su mezcla de ambientes, lugar de encuentro y acogida de personas, donde nadie se siente extranjero  Es una ciudad abierta, una gran ciudad que tiene todo lo que uno pueda buscar, historia, zonas tranquilas, grandes parques, sitios para salir de fiesta, largas avenidas, calles llenas de musicales…

Me gusta Madrid porque es una ciudad rica pero a la vez muy simple, es como un gran pueblo. Sigo descubriendo rincones cada vez que voy y sigue sorprendiéndome.

Me gusta Madrid por el ruido, los escaparates, los bares llenos, el olor a cañas y fritanga con su mezcla entre hipsters de gin-tonic y abuelos de carajillo.

Me gusta Madrid por la fisonomía de sus calles y edificios, a la vuelta de cada esquina hay algún edificio, viejo o moderno, que me la atención. Me encanta la Gran Vía, las Cuatro Torres, la azotea de Bellas Artes, el templo de Debod, la Puerta del Sol, la Plaza Mayor, el rastro.

Me gusta Madrid por su luz, su gente y, entre otras mil razones, su oferta de gastronomía y ocio.

Me gusta Madrid por sus espacios abiertos, desde Madrid Río al Retiro, sin olvidarnos de la Casa de Campo. Puedes dar un paseo tranquilo por el barrio de los Austrias hasta La Latina o por el alboroto de la Gran Vía.

Me gusta Madrid porque los domingos tienen sentido. Cuando en la mayoría de las ciudades, el último día de la semana es sinónimo de relax y poco que hacer, Madrid exprime hasta la última gota. La mejor forma de cerrar la semana por todo lo alto, desayuno en San Ginés, excursión por el Rastro, almuerzo en La Latina, compras en el centro, vuelta por Matadero.

Me gusta Madrid porque podría vivir perfectamente allí.

De Madrid al cielo.

 

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